domingo, 1 de julio de 2012

II De Cardexía a Misamis: Barcelona

- II -
BARCELONA
---- OOO ----
D. César Augusto Velón Pardo
Juez de Cagayan de Misamis 1892

Después de posesionarme de mi habitación y restaurar mis fuerzas en el comedor, salíme a dar un pequeño paseo pues deseaba retirarme temprano para descansar. Fuíme pués, a pasear por las Ramblas, que son unas preciosas calles con un amplio salón central sombreado por corpulentos árboles e iluminando con luz eléctrica; dos como carreteras laterales para tránsito de carruajes y tranvías, y aceras junto a las casas. Estas Ramblas o Rambla, pues aunque con diversos nombres no es sino una que desde la Plaza de Cataluña conduce al puerto, sirven de paseo, y a la ven son punto de tránsito; así que se ven en ellas, lo mismo a la señora prendida con mil alfileres que a la doméstica que vuelve de la compra. Este es un carácter especial de Barcelona que no tiene verdaderos paseos "ad hoc", sino que lo son sus principales calles, y si bien es cierto que nunca están solas, en cambio resulta incómodo el pasear en ellas, pues la gente siempre anda aprisa, como quien va a su negocio.

A la conclusión de la Rambla, junto al Puerto, hállase la estatua de Colón, que está sobre un globo y sostenido en una colosal columna, que a su vez descansa en otro cuerpo del monumento donde hay infinidad de relieves y estatuas alegóricas. De día la veré mejor y subiré a su cima pues leo anuncios de un ascensor que funciona en el interior de la columna.

Adelanto unos pasos más y me encuentro a dos del agua, con un bosque de mástiles delante de mí. Contemplo un momento las tranquilas ondas,  minadas a trechos por reflejos de faroles que penden de algunos buques, y pregunto mentalmente a las olas ¿seréis puerto que me conduzca a mi destino o sepulcro que me guarde? ... Pero mejor guardado estaré por ahora en la cama y ... vámonos a dormir.

A la mañana siguiente fuime a ver lo primero el monumento a Colón a la luz del día. Es soberbio. Mide entre pedestal, columna y estatua 56 metros de elévación. La columna es de bronce de orden corintio, (me parece) estirada y adornada con relieves alegóricos y oportunas inscripciones. Se ha erigido en el mismo sitio donde desembarcó el gran Almirante al retornar de descubrir el Nuevo Mundo. Está de pié, mirando al mar y señalando con fijeza y energía un punto, como diciendo, "allí está el mundo que os ofrezco". En la otra mano tiene unas cartas o mapas, allí estaban los argumentos con que quería probar sus teorías.

Entrando por una disimulada puertecilla, se bajan algunas escaleras y mediante una peseta se sube en el ascensor hidráulico. Caben en él cinco personas, lo que dá una idea de las proporciones del monumento. Se asciende con tal suavidad que a no estar abierta una puertecilla por la que se vé el interior de la columna, creería uno que no se movía. Llegamos arriba, dentro del dorado globo, donde asienta su planta el inmortal genovés; ydesde allí disfrútase una vista panorámica de Barcelona y su puerto.

La ciudad es muy grande. Está situada en una llanada que circunda por un lado el mar, y por otro una cadena de montañas no muy altas, pero si muy pendiente. Las casas llegan a los primeros estribos de las montañas. No todo es Barcelona, pues hay muchos pueblecillos como Gracia, Sans, San Gervasio, Sama, Pueblonuevo, etc. a los que alcanzó en sus ensanches, pero aunque en realidad forman un solo pueblo tienen su denominación y autonomía independiente.

A la derecha mirando hacia el mar, vése el castillo de Montjuich, amenazando con sus baterías de cañones, elevándose a grande altura y con una torrecilla desde donde se explora el puerto y por medio de banderolas y bolas colocadas en diferentes posiciones se anuncian los arribos, salidas y accidentes de los buques, a cuyo efecto hay un telégrafo de señales aprobado oficialmente. A la izquierda, avanza la Barceloneta, que es un arrabal situado sobre un punta que se interna en el mar. Está tan completamente cubierto de casas que hacen el efecto de surgir de entre las aguas.

Descendí de la columna y fuime a recorrer la ciudad sin nadie que me le enseñase ni me sirviese de guía pues agrádame más buscar e ir yo encontrando las cosas, que no que me las vayan pregonando y anunciando. Esto tiene sus inconvenientes, como el que al querer uno dirigirse a un sitio vaya a parar a otro diametralmente opuesto, no sabiendo a lo mejor en que paraje uno se encuentra ... pero eso tiene para mi sus encantos.

De el monumento antedicho arranca un hermoso paseo (el de Colón) que sigue la margen del Puerto. Está adornado con palmeras y plantas vistosas. A su conclusión, hay una estatua de Antonio López, Marqués de Comillas, gran naviero catalán, y Senador del Reino. Así dice:

"Hanse erigido aquí muchas estatuas a hombres distinguidos Clavé, Güell, etc, etc,." Me parece que los elevan más de lo que merecen. Por regla general las inscripciones de estos monumentos se reducen al nombre que quieren inmortalizar, lo cual, si agrada por su elocuente concisión y sencillez, deja al que no sea del país en ayunas. Y de aquí a cien años nadie sabrá quienes fueron aquellos caballeros, ni por qué los han puesto allí.

He hablado del arco triunfal de la exposición que subsiste como casi todos los edificios construidos con tal motivo. El arco de triunfo es de ladrillo, de estilo mozárabe, muy elegante y grandioso, tiene de un lado un alto relieve que presumo representa a Barcelona recibiendo y tendiendo los brazos a la agricultura, industria, artes, etc. etc., que acuden a presentarle sus productos. En el otro lado, hay asimismo, otro alto relieve que no pude descifrar tan claramente; en el centro una matrona que corona de laurel supongo que a las ciencias que se le aproximan; preceden el arco cuatro grandes mástiles, decorados con escudos y emblemas y con la corona condal en el centro de la cual surge un casco con un aguila por cimera. De ellos penden aún girones de las oriplamas que el viento agitaba hace un año.

A continuación está un hermoso paseo y próximos a él los diversos palacios de la exposición. No han sido construidos de pacotilla y para durar sólo dos meses como ya me había figurado. La exposición ha debido ser universal de verdad, y supone un trabajo grande y un esfuerzo inaudito por parte de este pueblo que quiso excederse a sí mismo en tan solemne ocasión.

El parque construido tambien recientemente, aunque muy bello, me pareció pequeño para un pueblo tan grande. Sin embargo, como aquí según llevo dicho son paseos las principales calles, no se necesita tanto de estos amplios recreos como en otras poblaciones. Por lo demás es muy lindo. Tiene su correspondiente cascada coronada por un carro tirado por cuatro caballos en que va Minerva. Carro, caballos, diosa, son de bronce dorado que reluce como si fuese de oro fino. Hay susgrutas y estanques llenos de plantas raras y jardines adornados con exquisito gusto. En Barcelona en esto de jardines se ven preciosidades. Abundan en ellos las palmeras y diferentes plantas de otros países que aquí se han aclumatado; hay alguna con hojas de tres y cuatro metros de largo.

Además de los paseos que he citado no deben de quedar en olvido el de Gracia que llega hasta dicha villa y la Gran Via o calle de las Cortes, que aquí no le pasó como en Madrid que sólo la vimos en las decoraciones de los teatros. Visité la Catedral, que exteriormente por el arco de su puesta central y las preciosas ventanas y rosetones de hermoso estilo ojival, pero en su interior no me agrada. Tiene una nave central y dos laterales; muchísimas capillas, pero muy chiquitas todas. Al conjunto no resulta para mi gusto. La Universidad es nueva: un gran edificio con varios patios y muchas aulas. Entré en la biblioteca y me pareció el salón pequeño para los que allí acuden a estudiar, están incómodos y muy próximos unos a otros, teniendo que distraerse y molestarse por precisión. Aquel salón de la Univesidad de Santiago, serio y fúnebre, eso sí, pero que convida al estudio y meditación y en donde puede uno aislarse de los que le rodean, debiera haberla servido de modelo. Ví también la sala del Paraninfo que tiene muy buenos lienzos y es grandioso, pero lo encuentro tan recargado de adornos con tanto dorado y colorín que me parece poco serio y no me gusta para el caso. Han debido querer imitar el estilo de la Alhambra y resulta impropio.

He visto algunos otros monumentos pero ni yo sé describirlos como corresponde ni tengo tiempo para estudiarlos y trasladar aquí su descripción.
Vapor Isla de Panay

Los principales teatros están todavía cerrados y sólo hay abiertos teatrillos donde domina el mismo gusto que en Madrid. Fuí una noche a ver Luis IX por el viejo Valero que ese papel como ésta en relación con su avanzada edad etsá inimitable. Existen además el Edén-concert, el Palcio de Cristal y los Salones de la unión, que son cafés como teatrillos donde cantan algunas zazuelitas, dan un poco de canto y baile flamenco y sobre todo presentase trouppes françaises que cantan chansonetes picarescas y dan sus correspondientes pasitos de can-can.

Por las calles circulan muchos ónmibus y tranvías. Carruajes, tanto de plaza como particulares, pocos. Y es que aquí no debe existir aristocracia o debe ser muy reducida; asombra, sí el infinito número de comercios, fábricas, etc.

No todas las calles son anchas y cómodas aunque estas abundan. En algunos puntos si entra uno por dédalo de callejuelas estrechas, retorcidas, sin luz, infectas y que forman el más singular contraste con la parte moderna de la población.

He admirado mujeres hermosas, pero pocas. Lo que sí me sucede, es que al comtemplar un par de pollitas lindas, espirituales, cuando me aproximo y las oigo expresarse en lemosín ... se me cae el alma a los pies. ¡Cuidado si me carga y me revienta el tal dialecto! Presumo que tanto les agrada aquí que casi no hablan de otra cosa.

Y ... ¿que más? ... Mucho más he visto sin duda en los días, diez días, que llevo en esta, pero ni lo recuerdo con suficiente exactitud para referirlo, ni paciencia tengo para contarlo. Creo además que ya llevo escrito bantante para la primera entrega.

Mañana 18 embarcaré en el vapor "Isla de Panay" y ... apartaos aguas y abrid  camino al buque, que en él vá Velón cansado ya de la chifladura penisular y dispuesto a recibir la competente dosis Filipina! Me voy a ultramar -que es mundo mejor- allí etc...
Presumo que mis memorales (pues esto no es una carta) merecerán los honores de la contestación. Esto si tus numerosas ocupaciones te lo permiten.

Hasta Port-Said.

Augusto.

No hay comentarios: