miércoles, 4 de julio de 2012

V De Cardexía a Misamis; De Suez a Aden

V
DE  SUEZ  A  ADEN
---- ooo ----

A las tres y media zarpamos con viento en popa, con lo cual se utiliza el trapo y hacemos doce millas por hora. El Mar Rojo que aún en su mayor anchura mide poco, es aquí muy estrecho y vemos las costas africana y asiática, ambas sumamente áridas, con montañas de pura roca y sin que todo el día distinguimos, ni una casa ni un árbol ni un hombre, nada más que rocas peladas. Pasamos ante la cordillera de Sinaí pero no se istingue el célebre monte teatro de sublimes escenas de nuestra Religión. En días claros puede divisarse, pero el que llevamos no era lo suficiente. A la tarde nos encontramos un faro, construído de armazón de hierro que parece brota de las aguas. Debe estar construído sobre un arrecife y es de mucha utilidad, pues este mar tiene muchos bajos que hoy son ya perfectamente conocidos, así que no se precisa ya práctico. Sin embargo la Trasatlántica sigue llevando uno que tenía hace tiempo, más por pagarle sus veinte pesos por viaje que por otra cosa, pues nada hace a bordo. ES un moro, se llama Mahomet, y tiene cinco mujeres, tres en Aden y dos en Port-Said. A poca distancia del faro y muy cerca de la costa asiática, vimos dos vapores encallados, que están allí hace algún tiempo. Uno de ellos parece al principio pues solamente está un poco inclinado en proa. El otro ha debido sufrir un golpe terrible pues encalló por la proa y se volvió por completo en tal disposición que sólo... se vé fuera del agua la popa. Causa pena verle en tal estado, rodeado de lanchas en que acuden a sacarle ellos cuanto pueden. La gente ha debido salvarse, pues están muy cerca de la costa. El siniestro fué por haberse extraviado de su ruta a causa de la niebla.

Al siguiente día, Domingo, oimos nuestra misa sobre cubierta y con general sorpresa el Capellán al terminar volvióse a dirigir la palabra. Todo el mundo trató de acercarse ya por la novedad del espectáculo verdaderamente conmovedor, ya por la decisión del Padre que se atrevía a dirigirse a un público en la parte ilustra y en parte guasón. Gustó mucho por su modestia y expuso sin perder los errores y funestas consecuencias del indiferentismo religioso. Terminando con una sentida incitación a los presentes encareciéndoles que si querian hacer un viaje feliz y próspera fortuna se entregaran en brazos de la Religión que nos defendería y protegería.

Nada de particular ocurrió en los días siguientes más que ver algunos barcos. El calor es ya insufrible, pero si no aumenta muchos, creo que me voy habituando. El 30 vemos a Moka en la costa asiática, célebre por su rico café. Mañana de madrugada llegaremos a Adén. En la próxima hablaré de este punto. Adios pues, carísimo. Tuyo.

AUGUSTO

No hay comentarios: